jueves, 3 de marzo de 2011

Hace once años que no te olvido.....

Fuiste mi segunda abuela, o tal vez la primera. Por circunstancias de la vida, tú criaste a mi madre, durante toda la vida, hasta que ella se casó. Trabajaste en el campo y llevabas la casa. No tuviste hijos propios, pero te ganaste el cariño y respeto de mi madre. Siempre he dicho y diré que tenía dos abuelas.

Mi madre trabajó durante ocho años en la centralita del pueblo, y allí se trasladaron a vivir, todos a una. Eran otros tiempos, otra cultura, otra forma de vida y otro lugar, lejano y pequeño. ¿ Independencia ? Palabra prohibida y poco usada.

Recuerdo los veranos de ir a verla, a su casa, muy vieja y con grietas que apuntaban al derrumbe.

Pronto empezó a pasar inviernos aquí, en Barcelona. Luego se fue alargando los meses de estancia en la ciudad. No me olvido de tus tortillas de patatas o las francesas, y cómo batías los huevos, como pelabas las patatas. Y aquellas lentejas.

Con aquellas ropas que no te querías cambiar, aquella ropa de viuda, de trabajadora del campo, del hogar y de un pueblo pequeño. Viene a mi mente tu cabello, blanco, y algo amarillento por el alcohol que te ponías o algo parecido. ¿ Tú rostro ? Sabes que no lo olvido.

Te llamaba "tía", aunque no lo eras, pero tampoco te podía llamar abuela.

Al final tuviste que aceptar a tu pesar, el pasar todo el año en nuestra casa. No querías y cuando ibamos al pueblo en verano un mes, al principio no querías volver a Barcelona. Seguías subiendo aquellas cuestas, demostrando lo que has sufrido en esta vida. Fui creciendo y te fuiste apagando. El Alzheimer te visitó, para quedarse, poco a poco. Perdías los recuerdos cercanos y te volvían nombres del pasado lejano. Tenías comportamientos extraños que no entendía, manías incoherentes. Pasamos todos momentos muy duros. Me operaron y te tuvieron que ingresar unas semanas, aquello fue muy duro para mi madre.

Más tarde, tuviste un gran susto del cual mi padre te salvó, pero te ibas yendo, del hospital te derivaron al hospital donde casualidades de la vida, siete años después de irte, es mi actual puesto de trabajo. Allí estuviste 21 días, no lo olvido. Fui a verte, inmaduro, triste, pasé una noche allí contigo o quizás dos. Te dieron el alta, y cuatro días después, sin despedirte de mí, te pusiste muy mal, y del hospital ya no regresate. Te fuiste, sin poderte decir que te quería, que ojalá hoy pudiese disfrutar de tí.

El día 6 de marzo hará 11 años que ya no estás entre nosotros, te fuiste mayor, pero me pude despedir de tí, no supe asumirlo y ni siquiera tuve la valentía de ir al tanatorio. Te quiero, jamás te olvidaré.

Este es el homenaje que mejor podía hacer "tía", aceptar tu marcha, recordarte y no olvidar tu paso por esta vida fugaz.

8 comentarios:

  1. Tu texto es muy tierno y conmovedor.
    Un saludo.

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  2. José Manuel:
    El icono tuyo que aparece en mi gadget de seguidores no tiene el enlace correcto. No lleva a tu blog ni a tu perfil. Creo que deberías arreglarlo para que funcione al hacer clic.
    Un salduo.

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  3. Sin palabras...
    Como te entiendo...

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  4. Joselillo... eres especial.
    Tus escritos llegan hasta el alma, conmueven hasta las piedras.
    Un abrazo lleno de mucha luz.

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  5. No se ha ido, es tu haDa madrina, siempre pegadita a ti para que no te caigas Nuncajamás. Un beso,
    Isa de aDa

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  6. Que entrada más bonita, Jose!
    Seguro que a ella le debe agradar que la recuerdes tan y tan bien...
    Sigue escribiendo y mucho para que todos aprendamos un poco más contigo!
    Un fuerte abrazo!

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  7. Me llegas al alma. Me haces sentir chiquitita y sensible. Sigue escribiendo, no lo dejes porque me encanta, me hace recordar y pensar.
    Gracias por estas entradas. Gracias por hacer los esfuerzos que haces cada día, gracias por ser un luchador y un tio que ama a la vida, que intenta tener cada día un día mejor. Gracias por ser así.
    UN besazo

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  8. gracias por compartir estos sentimientos, me recuerdan a cosas vividas, yo tengo a mi madre con alzheimer, y a veces salgo corriendo buscandola a ella, me revelo a aceptar a esa persona que no conozco y quiero que vuelva, esa madre fuerte, que me protegia, pero solo tenemos el presente y eso es lo mas duro de ver,

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