sábado, 20 de agosto de 2011

De vuelta al camino

Cuando hay algo que te gusta, te motiva no tienes que dejarlo. Después de escribir durante varios meses, después de sentirme bien, dejé de tener ese espacio que ya me había creado para mí. Cambie de rumbo y olvidé cuidar esa sana costumbre de escribir.

Después de volver a mi mente aquella experiencia tan gratificante y después de animarme alguna amiga a recuperarlo, aquí se siento delante de una hoja en blanco transformada en la pantalla y un bolígrafo en forma de teclas.

Tengo la sensación de haber descubierto algo que ya sabía pero de vez en cuando a la mayor parte de la gente se nos olvida. Y es VIVIR. Disfrutar de cada momento, de cada segundo de mi vida. No pensar en ese mañana duro, en ese futuro tal vez incierto y con sombras de apretón del cinturón económico. vivir, soñar, disfrutar, reir, rodearse de buena gente, de aquella a la cual te apetezca ver. No parar el motor, no caer en el pozo de la dejadez, del conformismo. Se puede reivindicar, se puede luchar, se puede apoyar, y también se puede disfrutar, vivir y sentir al mismo tiempo.

Ahí va mi homenaje a todas aquellas personas que saben reirse de sí mismas, que no necesitan ofender ni machacar a nadie para sentirse bien. A todas aquellas personas que luchan cada día por quererse un poco más. Qué se aceptan, que se quieren y no necesitan seguir las modas de la estética y la línea ideal que publicitan.

No te rindas cuando tengas una piedra grande en tu camino, observala y busca el modo de seguir. No te quedes esperando a que alguién te ayude a quitar esa piedra. Al fin y al cabo el camino es nuestro y de nadie más. Cuando alguién que te quiera vea que estás luchando por seguir tu camino, te ayudará sin duda.

Nuevo camino, nuevas luchas, o tal vez las mismas pero con más energía.

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